CRIS MORENA: ¿Por qué no quiere que la TV se renueve?

Tras la acusación de plagio que le hace a Florencia Bertotti, la creadora de Chiquititas esconde su deseo de mantener un modelo de negocio basado en bajos sueldos y alta facturación. Recelos profesionales y económicos.
El conflicto entre María Cristina De Giacomi (Cris Morena) y Florencia Bertotti está atravesado por cuestiones que no sólo rozan lo artístico, sino también lo económico, interés no tan oculto de parte de Cris Morena Group, la empresa de contenidos que la ex actriz y conductora tiene en sociedad con su ex marido, Gustavo Yankelevich, y con la cual inició una acusación de plagio contra Kaberplay, la productora que Bertotti abrió con su esposo, Guido Kaczka.

La acusación vertida se basa en las similitudes artísticas existentes entre “Niní” y “Floricienta”. “Niní” es una coproducción entre Kaberplay –la productora que la joven actriz desarrolló junto a su marido, el también actor Guido Kaczka– y Endemol, propiedad de Martín Kweller. La primera, además, es la encargada de “El último pasajero”, el programa dedicado a los egresados de quinto año.

Cris denunció ante la Justicia a Bertotti, pero también a Endemol y a la guionista de la tira que se emite por Telefé, que se llama Gabriela Fiore, y que también fue la encargada de adaptar el guión de “Floricienta”. Junto a siete trabajadores, la escritora de la historia se pasó de las huestes de Cris a las de sus actuales rivales por una cuestión económica, ya que el matrimonio de jóvenes triplicó el salario de Fiore, en una oferta difícil de rechazar y menos de igualar, sobre todo si se tiene en cuenta la filosofía laboral de la factoría Cris Morena Group, y que es un modelo que pretendió instalarse en la televisión argentina: sueldos bajos, jovencitos que bailan/cantan/actúan, merchandising de todos los colores, venta del programa enlatado a Europa, disco y giras extenuantes por todo el país y por el exterior. Millones, millones y más millones.

Como se ve, el factor dinero es y fue determinante para el quiebre entre ambas. En la demanda que María Cris-tina De Giacomi entabló se deja constancia de que Bertotti percibió $3.774.087 por las dos temporadas de “Floricienta”. Lo que nunca terminó de digerir su mentora es la independencia que la joven adquirió después de semejante experiencia, no sólo laboral, ya que aquel protagónico la cotizó y la impulsó hacia otros proyectos de mayor envergadura, sino también a nivel empresarial, un terreno en que recién comienza a incursionar.

Las especulaciones que se tejen alrededor del conflicto apuntan en forma directa al dinero. Dos más dos es cuatro, y no hace falta tener una calculadora para obtener el resultado de esta cuenta. La sospecha acerca del verdadero motivo del problema es que las demandas judiciales no llegaron ni a Telefé, ni a Endemol, ni siquiera a Kaberplay. De todas maneras, algunos medios publicaron en tono alarmista que Telefé levantaría del aire el programa “Niní”, información que fue desmentida con énfasis por el canal de las pelotas, que continúa con la tira en su grilla de programación habitual.

Eso sí, el requerimiento de la Justicia llegó al teatro Gran Rex, donde “Niní” tiene programadas funciones para fines de marzo y para Semana Santa. El valor de las entradas oscila entre los 60 y los 240 pesos, y el primer fin de semana están agotadas. Por ahora no se venden entradas para las funciones restantes, aunque desde Kaberplay confían en llegar a un acuerdo que permita liberar las boleterías. No hay que ser economista para darse cuenta de que allí hay plata fresca y por montones.

Por ahora la Justicia no se explayó en torno al plagio, pero sí habilita a que Cris Morena Group reclame el cese de la emisión de las imágenes de “Niní”. Lo deja al criterio de María Cristina de Giacomi o Gustavo Yankelevich, pero desde el entorno de la rubia aseguran que no lo hará porque su fin es otro. Ella persigue un resarcimiento económico. El programa finaliza a mediados de mayo y no tiene prevista una segunda temporada. Enton-ces el reclamo de Cris Morena apunta en forma directa al dinero de verdad, que radica en el teatro y en la exportación del material. Ella lo sabe bien, y no deja que otros metan los pies en terreno suyo.